martes, 18 de marzo de 2008

Cambié de trabajo!

Pueden leer mis nuevas aventuras en mi nuevo blog: blogdelaoficinista.blogspot.com

lunes, 3 de marzo de 2008

Dos, uno y cero!

No pude escribir antes porque a partir del jueves mi vida se volvió un caos.

Jueves:
Tuve que aguantar una escena muy particular del súbdito por el plantón del día anterior. A eso le sumamos que tuve que entrevistar a varios hombres para mi puesto... a pesar que había dejado bien en claro que no me interesaba hacer eso... además estuve en varias reuniones... de las que tuve que salir temprano "porque se va a trabajar a una empresa de la competencia" (ni ahí!)


Al mediodía, me fui a caminar por Florida, el clima no ayudaba, pero sabía que esa iba a ser una de las últimas insufribles caminatas por la peatonal... en ese paseito, algún maldito carterista me robó el celular (me daría cuenta unas 2 horas más tarde...)


A la tarde, llegué a casa empapada. El auto de mi ex-chofer se quedó en plena zona de aeroparque y conseguir un taxi por esa zona es básicamente imposible, insoportable e improbable. Apenas crucé mi puerta, me di un baño largo escuchando los boleros de Mimí Maura y decidí hacer las valijas para salir a vacacionar el sábado (sabía que el viernes iba a tener planes after-office con lo cual no iba a tener otro momento para preparar mis cosas tranquila).


Viernes:
Amanecí muy relajada. Nada podría empeorar mi humor.
Llegué a la empresa y la culona me dio un fuerte abrazo... todos me sonreían... excepto mi súbdito que prefirió no saludarme y esquivarme la mirada.
Mi oficina había sido decorada con globos, guirnaldas y carteles. Sobre mi escritorio, una enorme torta decorada con una carita feliz (de esas amarillitas). Todo era obra de la pasante culona... no sé de dónde saca las ganas, pero ella siempre está con el optimismo al palo.


Una hora después prendí mi PC. Mi usuario estaba bloqueado.
Me decidí por terminar de ordenar el papelerío de mi oficina, mientras la culona me cebaba mate y comíamos torta (nada de esperar a nadie, recibiría una porción quienes fueran a saludarme)
No salí a almorzar porque el capo me había preparado un almuerzo despedida al que estaban todos los empleados invitados. Claro que el 99% estaba ahí por una única razón: Comer rico y gratis!
No hice nada. No trabajé, no fui a reuniones no tuve llamadas en conferencia, nada nada nada. Sólo torta, mate y charla.
Salí de la empresa una hora antes de lo habitual. Nos fuimos de copas algunas amigas y la culoncita (ya la extraño!). La española terminó en algún hotel con un holandés que enganchó en el bar donde estábamos. Yo llamé al cadetito desde un celular ajeno y lo invité a mi depto. Era la mejor manera de terminar mi ciclo laboral.


Se apareció con una botella de vino (una cara, una que él no compra todos los días, pero que sabe que a mí me gusta). No dormimos nada... lo cual era muy bueno porque un rato después iba a tener varias horas de viaje.


El sábado salimos el indefinido, la española y yo hacia nuestras vacaciones. Un vuelo en medio del diluvio, con turbulencias y cosas raras que te hacen asustar como nunca. En el medio del vuelo, me di cuenta que no había tenido tiempo ni cabeza, para escribir en el blog... shame on me! Así que tomé mi notebook y empecé a escribir en el wordpad, para publicarlo recién ahora que es cuando pude acceder a la Internet (el Wi-fi del hotel es una gran mentira!)


Así que aquí estoy preparandome un cafecito, para dentro de un rato tirarme en la playa como un lagarto.


Seguiré escribiendo, dentro de dos semanas, en el blog que me diseñó la española: http://blogdelaoficinista.blogspot.com
Donde escribiré y describiré mi nuevo trabajo, en una nueva oficina con nuevos oficinistas...


Un beso!