Y el teléfono sonó
El jueves por la noche, mientras calmaba mi bendita ansiedad con un té de tilo, el teléfono emitió su clásico sonido... era mi mamá
Pero lo bueno de la historia es que 5 minutos después de colgar, sonó nuevamente y, esta vez, era el vecinito. El efecto del té de tilo se me pasó a los 2 segundos de escuchar su voz y mi corazón salía de mi pecho.
Me dijo: "venite para casa que te cocino".
Cinco vestidos, peinados, minutos después estaba tocando su timbre.
Resultado: viernes a la mañana llamé a la empresa y dije: "Estoy en la cama, no voy a poder ir a trabajar hoy"
También falté a terapia... este tratamiento es mejor que cualquier libro de autoayuda
4 comentarios:
Bien por vos! Y cuando dijiste "estoy en la cama"... Estabas (literalmente)en la cama, me imagino.
Necesito de tu misma medicina.
Claro que con otro vecino.
Tal cual. Y es que, justamente, la autoayuda es para la gente que coje poco.
muy buen blog.
jajaja
iugal , posta, cualuqier cosa es mejor que trabajar en una oficina
si señor
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