Game Over

Como no podía ser de otra manera, el lunes apareció mi ex en la empresa. Me dejó un regalo en el escritorio, justito cuando había salido a una reunión.

Cuando volví, me crucé al Cadetito y me dijo "¿nos vemos después?", "bueno, vayamos a tomar algo".

Salí de la empresa algo tarde. El Cadetito me estaba esperando en la puerta.
Fuimos a un bar estilo irlandés que queda a la vuelta. Estábamos rodeados de compañeros de trabajo así que decidimos dejar la charla para más tarde. Buscamos una excusa para irnos, por separado, y nos metimos en una milonga. Nos sentamos y, sin perder tiempo, me dijo "¿pensaste en lo que te dije?". "Sí, claro" le respondí. "¿Y entonces?". "Y entonces me parece que hay demasiadas cosas en contra. Lo nuestro no va a funcionar"
Al Cadetito se le transformó la cara. El ritmo del tango y la poca luz del lugar le agregaba todavía más dramatismo a la situación. "Es por tu ex, no?, ¿seguís enamorada de él?". No le contesté. Era más fácil que pensara que sí.

La verdad es que nunca iba a llegar a nada. La pasábamos bien, sí. Pero no.
Mi terapeuta me dijo algo sobre ponerle paños de agua fría, mientras me pasaba la caja de Kleenex.