Con la caja de Carilinas vacía
Finalmente, el jueves volví a ver al Cadetito.
La semana pasada faltó al trabajo porque falleció el padre.
Como no soy tan desalmada, lo ayudé con todos los trámites para llevar a cabo el velorio y el entierro.
Lo contuve mucho, pero espero que sepa que la decisión de no seguir lo nuestro sigue firme y que, aunque lo haya acompañado, no vamos a estar juntos.
¿Podremos ser simplemente amigos?
El viernes tuve que ver a mi terapeuta, aunque no me tocaba ir, porque todo esto me hizo recordar a personas que ya no están en mi vida y que extraño profundamente.
7 comentarios:
Pasará, Oficinista, la tristeza pasará.
Que te las arregles para pergeñar un título simpático (incluso gracioso)habla de tu destreza como escritora.
Saludos.
ay pobrecito el cadetito
que pena me dio.
y a mi tambien me pone muy triste ir a velorios...
snif.
La verdad que sigo tu vida en la oficina como si fuera una novela, pareces una mina muy agradable, te dejo un saludo.
tenes don de gente y eso se nota....
seguro qeu lo va a entender... mas bien, en este momento tiene otras cosas en que pensar y digerir :(
saluditos!
claramente...un monolito para tu terapeuta
Fanático de tu vida de ahora en mas. Me lo leí desde el principio, ja. Saludos.
Las cosas tristes y ajenas siempre nos agarran y nos hacen recordar a personas que se fueron. Son momentos en los que paramos y empezamos a pensar de más. Suele pasar pero pasará.
Pobre cadetito =(
Besitos!
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