Bueno, varias cosas tengo para contar...
En primer lugar, lo más importante, lo más mejor! Soy Tía. Después de algunas complicaciones locas que tuvo mi hermanita (ya está bien), pasé los últimos 5 días en un lugarcito del interior mimando a mi sobrino y a su flamante mamá...
En segundo lugar, paso a relatar mi almuerzo con el Cadetito. Afligido, acongojado, desolado, amargado, desesperado, abatido y algunos otros sinónimos que me tiró el Word, se sentó conmigo en una mesa de un restaurant no muy popular del Centro.
Me preguntaba qué lo tenía así cuando largó un "¡Cómo nos cagaron estos hijos de...!" Chan! Seguí sin emitir palabra alguna, esperando me dijera algo que aclarase esa frase...
Llegó el mozo. "¿Ya saben qué van a ordenar?" "Todavía no, gracias", me apuré a decirle para que se fuera rapidito...
Lo que pasó fue que, palabras más palabras menos, el cadetito me dijo que la de finanzas se agarró a mi súbdito, todo mientras yo estaba en navidad en la casa de mi hermana (él había vuelto antes). Por lo que me dio a entender, él no está 100% seguro... pero sí un 80.
Decidí no preguntarle nada, si de verdad había estado con la mina no me lo iba a confesar, y si no había estado, iba a armar un revuelo de aquellos al pedo, pero le aseguré al cadetito que me iba a hacer cargo, para que se quedara más tranquilito ¿no?
Con ese ánimo, me encontré 3 horas después con el Gerente General de la otra empresa. La situación fue rara al principio porque yo lo conocía de haberlo visto en fotos de revistas de negocios (esas que mando directamente a la recepción) y además porque me había citado en un hotel de Puerto Madero, ¿por qué un hotel? Claro que cuano probé el café y la torta que él me había recomendado, entendí todo a la perfección... es un fanático de la buena comida, casi tanto como yo (con la diferencia que él tiene tendencia a la gordura)
Una vez que me olvidé del hotel, de mi súbdito, del cadetito y de la de finanzas, la conversación fue muy buena. E incluyó un "Necesitamos una persona como vos y esto es lo que tenemos para ofrecerte". Tomó su pluma Mont Blanc y comenzó a escribir en un papel. "Te ofrecemos este suelto bruto (bastante más de lo que cobro ahora), y todos estos beneficios (siguió escribiendo y llegó a un listado de al menos 10 ítems, los cuales no eran del estilo de una Coca-Cola gratis por día... eran cuestiones muy muy buenas, de las cuales tenía sólo una: el chofer)
Otro punto a favor, bye bye Microcentro, piqueteros y quebracho! Ya nunca más me vería en medio de una manifestación, ni en el tumulto de la calle Florida, ni tendría que soportar una ciudad desolada por el asueto administrativo de turno (que a mí no me toca, claro)
Con una sonrisa de oreja a oreja le dije algo como "pero si lo quiero, ¿el puesto ya es mío?", me devolvió la sonrisa y soltó un "claro, ya conozco tu trabajo... sabés bien que el ambiente es chico" (odio esa frase... "el ambiente es chico")
Le dije que, de aceptarlo, el único problema era que tenía planeado un viaje en marzo y que seguramente no podría empezar hasta abril. "No hay problema, igualmente pensalo y hablamos en diez días..." Era mentira, pero unos día para descansar en El Congo no me venían nada mal.
No volví a la oficina. ¿Para qué?
Todo pareciera indicar que me tengo que ir de la empresa donde estoy actualmente. No tengo muchas cosas a favor para quedarme. Necesito aire fresco...
Me fui a mi casa, me preparé el bolso, mientras le contaba todo a la española, quien no dejaba de tirar mala onda... Sabe que de agarrar este trabajo, nuestro proyecto (SU proyecto) del estudio, quedaría para más adelante (por no decir nunca)