Todavía en la oficina

Se acerca fin de mes y las horas extra no tienen límite.


Mi súbdito tuvo que quedarse también, al igual que la culoncita... y gente que todavía no tuvo espacio en este blog.


Más que cierre de mes, parecía la tira diaria de Pol-ka un día viernes.


Mi súbdito me miraba, la pasante lo miraba a él, me miraba a mí.


Yo le hablaba a ella, él me respondía, la culona me guiñaba el ojo, yo me sonrojaba.


Decidí dividir las tareas y que cada uno se fuera yendo a medida que las terminara... o que su conciencia estuviera tranquila.


Terminé sola... con todo organizadito, las luces de la empresa casi apagadas.


Los chicos de mantenimiento pasaban ordenando y limpiando cada box, uno por uno con una paciencia samurai.


El box de mi súbdito seguía con la PC encendida. Me acerqué con un café y le dije que se fuera a la casa. Mañana iba a ser otro día.
Me dijo "no tengo nada mejor que hacer, ¿pedimos algo para comer?... nada mexicano"
"Bueno", le dije (¿qué estaba pensando?)


Cuando seguís en la oficina, pasadas las 14 horas desde que saliste de la cama, las neuronas se van apagando y una va cediendo.


Fuimos para mi despacho. Comí una ensalada especial y él pidió lo mismo.


Se disculpó otra vez por lo que pasó en México y (además) por el arrebato del otro mediodía.

Le dije que no importaba, pero que teníamos que concentrarnos en el trabajo. Que lo que pasó (o NO pasó) en DF, no se iba a repetir. Hizo una suerte de puchero y seguimos hablando, pero ahora de la nada misma...


La Secretaria VIP pasó por la puerta de mi oficina y bajó la velocidad para descubrir de quién era la espalda que estaba sentada en mi escritorio. Cuando se dio cuenta que era LA ESPALDA, la saludé con la manito y una sonrisa cual Miss Universo.


Diez minutos después, mi esclavo se reía de mis chistes y yo lo echaba de mi oficina para no olvidar esa imagen de él todo vomitado en un baño de hotel y caer en algo que sabía me iba a arrepentir.


Me dio un beso en la comisura de la boca y se fue ¿por qué los hombres hacen eso?


Lo llamé a mi vecinito y le avisé que iba a pasar por su casa con un pote de helado. Me respondió "venite ya!... te espero"


Nada mejor que el vecinito y Freddo para olvidar ciertas situaciones y personajes...