lunes, 21 de enero de 2008

Una

Esta mañana, llegué muy temprano.
Me sentía realmente productiva.


Para mi sorpresa, mi súbdito llegó 5 minutos después que yo. Me invitó a almorzar. Obviamente, acepté con una sonrisa.


La verdad es que estaba muy nerviosa. No sabía si me iba a mandar al demonio o si me iba a pedir un aumento.
La mañana fue interminable. Pero a las 13 en punto nos fuimos.


Nos sentamos en una mesa grande casi al fondo de un concheto restaurant.
De repente, me empezó a explicar todo con respecto a su ex.


Lo interrumpí con un "no necesito explicaciones, pero si necesitas hablar, hablemos"
Nos tranquilizamos un poco los dos, me parece que él estaba más tembloroso que yo.


Me dijo que la ex súbdita estaba por volver a la glamorosa ciudad europea donde vive. Vino con una jugosa propuesta laboral y de convivencia para él (o sea, vive en europa, tiene casa y un laburo envidiable, la odio!)


Pero "por muchos motivos" él no se iba a ir.


Me gusta pensar que la cena romántica de la semana pasada o la increible noche de sexo que pasamos juntos influyó en su decisión. Por algún motivo los días anteriores no habíamos podido dejar de tocarnos.


Como una estúpida, me puse a llorar. No sé si de emoción, si de nervios...


Él se sentó al lado mío y me abrazó.


Toc toc. Alguien me tocó el hombro.


El capo de la empresa y un grupo de inversionistas extranjeros, con los que me había reunido la semana pasada, estaban atrás mío mirando el espectáculo.


Rápido solté un "disculpen, es que estoy con un tema familiar". No me la creí ni yo y la completé con un "¿quieren sentarse con nosotros?". Y se sentaron.
Fue una de esas invitaciones que no pretendés que el otro acepte.


Nuestro almuerzo se transformó en uno de negocios. Una pena.


Lo invité a mi casa después del trabajo. Pero él no podía, todavía tenía que "arreglar unas cosas".


Además tengo terapia. Mi terapeuta va a decir que no le di el espacio suficiente cuando vea el moretón que tengo en el brazo, a ella no le puedo decir "me golpeé con la alacena". Las marcas sexuales no se pueden disimular.

1 comentario:

DMS dijo...

Que desubicados los capos!!!!!

No creo en los psicologos, aunque por ahi necesito uno...
Por lo pronto miro tu blog todos los dias a ver si actualizás

Saludos!